Este proceso de beneficio, conocido como LEFI (Lixiviación Modular de lecho en flujo invertido), es una innovación con características de nivel inventivo. El mineral se deposita dentro de un módulo cerrado y se lixivia mediante un flujo inverso con una red de inyección de solución a un caudal alto. En menos de una semana, se logra una extracción superior al 90%. Esto permite tratar minerales seleccionados en pequeños lotes de 60 y 100 toneladas, con leyes iguales o superiores al 3% de cobre soluble (oxidado).
Los resultados de nuestros estudios revelan consumos de ácido significativamente más selectivos, aproximadamente entre 2,5 y 3 kg de ácido por kg de cobre extraído. Esto permite la producción de precipitado de cobre con concentraciones superiores al 65%, lo que genera rentabilidad inmediata. El producto resultante del proceso de lixiviación LEFI es precipitado de cobre, que se comercializa entre el 80% y el 90% de su valor en la Bolsa de Metales de Londres (LME).